De entre las peticiones que recibo de hablar de cosas concretas, hay tres que se repiten bastante. Una de ellas requiere que nos adentremos aún más en la cuántica (la mini-serie sobre las “cuatro fuerzas”); las otras dos, por el contrario, podemos atacarlas en cualquier momento: se trata de mini-series sobre termodinámica y electricidad. Pero la idea, a largo plazo, es bastante más ambiciosa: me gustaría recorrer y saborear la Física pre-universitaria entera, con series de cada una de sus partes (cinemática, dinámica, termodinámica, óptica, etc.). El problema, claro está, es que no podemos permitirnos quitar demasiado tiempo a las series activas, que ya avanzan con suficiente lentitud.
En estos casos, al tratarse de cosas que todos hemos estudiado –mal que bien– en el colegio, la idea sería empezar de manera muy simplificada y cualitativa, deshacer las falsas concepciones que muchas veces nos han metido en la cabeza, establecer una base conceptual sin utilizar fórmulas, y luego hacer algo que no hemos hecho casi nunca aquí: una vez la base esté establecida, meternos con fórmulas. ¡Sí, fórmulas! No demasiado complicadas, y siempre explicadas físicamente, no lanzadas al aire como si de conjuros mágicos se tratara, pero usaremos las matemáticas sin el menor pudor. A veces puede dar la impresión de que las fórmulas me parecen anatema; nada más lejos de la realidad: ¡me fascinan! Como sabéis los T. antecessor que lleváis mucho con nosotros, lo que no me gusta es la presunción con la que se lanzan fórmulas a diestro y siniestro –especialmente en la Uni–, como si calcular fuera lo mismo que entender (una expresión muy perspicaz que oí por primera vez a Manuko, creo).
El caso es que esta semana empezaremos a tantear el terreno, espero que afinando los detalles del enfoque según avancemos, y con vuestra ayuda. Lo haremos con lo que en principio va a ser una mini-serie sobre electricidad, a un nivel muy básico. Mi primer objetivo es simplemente hablar sobre la naturaleza de la carga eléctrica, las magnitudes fundamentales que aparecen en la Ley de Ohm, y finalizar con esa misma ley. Es muy probable que, en este tipo de cosas, hagamos algo parecido: en vez de hacer series largas, nos centraremos en un nivel de conocimiento concreto y trataremos de dar una idea más o menos completa del asunto en unos pocos artículos cercanos en el tiempo, aunque entrelazados con las otras series. Posteriormente, utilizaremos esa mini-serie como trampolín para hacer otra, con otros pocos artículos, que trate de ir más allá, construyendo sobre los cimientos de la serie del nivel más bajo. No tengo ni idea de cuántos “escalones” haremos, ni siquiera de si lo haremos así, porque depende de si os resulta útil y divertido de leer, y a mí de escribir, o no.
Tampoco sé cuál es el convenio que seguiremos para los nombres de este tipo de mini-series. En principio, se me ocurre que para cada rama concreta de la física podemos utilizar simplemente números que distingan los niveles (I, II, etc.), de modo que sea obvio qué debes leer antes de lanzarte a consumir una mini-serie concreta (e.g., lee Electricidad I antes de Electricidad II). La idea sería que el nivel I no tuviera fórmula alguna, o fórmulas muy básicas, y que hasta el nivel III no hicieran falta matemáticas más o menos avanzadas. Sin embargo, no se trata de una equivalencia con cursos en el colegio: desde el nivel más básico hablaremos de cosas de las que no se habla en las escuelas, y el enfoque es para adultos, no niños. Ni qué decir tiene que habrá que tener también mini-series de matemáticas, o sería imposible resolver nada razonablemente complejo en los niveles que tengan fórmulas (porque harán falta vectores, derivadas, integrales, matrices, esas cosas). ¡Lo mismo hasta mandamos ejercicios!
Como todo en El Tamiz, la cosa irá avanzando muy despacio. Como siempre, leer esta página esperando completar conocimiento sobre nada rápidamente no funciona. Más bien se trata de deleitarse con lo que sea que vaya cayendo cada vez, sin preocuparse demasiado del destino, sino más bien de disfrutar del camino. Qué Zen, ¿verdad? En fin.
Como digo, estamos todavía tanteando y, como siempre, se aceptan sugerencias, críticas y, sobre todo, alabanzas hiperbólicas totalmente injustificadas. Me vuelvo al calabozo para escribir el primer artículo, sobre la carga eléctrica.