Esta breve entrada es sólo para poneros al tanto de cómo están las cosas, pero sobre todo para aseguraros que estoy bien. Ya me he recuperado de mi enfermedad y estoy como una rosa.
También, por supuesto, para pedir disculpas por la sequía total de artículos. Lo entenderé perfectamente si alguno cancela su mecenazgo, porque no es que antes recibierais mucho, pero ahora… en fin. Ni siquiera puedo dar una explicación demasiado coherente, pero lo intentaré.
No os voy a aburrir con las cosas que han pasado últimamente: primero estuve enfermo yo, luego mi madre –que aún sigue mal–, y finalmente han pasado algunas cosas más que se han llevado gran parte de mi atención y mis energías. Y el problema es que no consigo encontrar ni el tiempo para escribir con sosiego, ni sobre todo la energía necesaria para la inspiración. Me está costando horrores.
Pero no os preocupéis, que ni abandono ni nada parecido… simplemente, hasta que mi mente vuelva a su cauce normal, me tomaré las cosas con calma (“¿Más?”, dirá alguno). Estoy escribiendo el siguiente artículo sobre los Premios Nobel, pero no quiero obligarme a acabarlo esta semana, sino cuando esté. Al menos, dentro de no mucho tiempo llegarán las vacaciones y espero tener tiempo para asentarme y escribir más…
¡Gracias por la paciencia!