Crédito: NASA.
Astrónomos de la NASA, utilizando el telescopio espacial Hubble (que, aunque le queda poco, sigue proporcionando joyas como ésta), han encontrado un anillo de materia oscura de 2.6 millones de años-luz de diámetro.
Los astrofísicos saben desde hace mucho tiempo que debe haber algo que no vemos y representa la mayor parte de la masa del Universo. Si las estrellas y el gas que podemos detectar en las galaxias fueran la única materia existente, la fuerza gravitatoria no sería suficiente para mantenerlas unidas, teniendo en cuenta su velocidad de rotación - tiene que haber algo más.
Una de las teorías que pueden explicarlo es la de la materia oscura, nombre que significa, dicho mal y pronto, “materia que no vemos ni sabemos lo que es”. Esta materia oscura no refleja la radiación electromagnética, ni emite radiación electromagnética, de modo que es invisible.
Los físicos aún no saben de qué partículas elementales está compuesta, pero tal vez este descubrimiento nos acerque un poquito más a descubrirlo. Algunos de los candidatos (juro que no me estoy inventando los nombres) son los axiones, los neutrinos estériles y WIMPs (Weakly Interacting Massive Particles, Partículas Masivas de Interacción Débil) como los neutralinos.
La única manera que tienen los científicos de detectar la materia oscura es observar sus efectos gravitatorios. Por ejemplo, el anillo de la noticia no se puede “ver” más allá de la ausencia de estrellas en su interior, pero sí se puede observar cómo la luz que proviene de galaxias situadas detrás del anillo se curva debido al campo gravitatorio: es como si una lente fuera totalmente transparente, pero puedo saber que está ahí porque los objetos que hay detrás están deformados. Utilizando este efecto de lente gravitatoria, los astrónomos pueden detectar grandes concentraciones de masa incluso sin verlas.
Aunque ya se habían observado estructuras que parecían implicar la existencia de materia oscura, ésta es la prueba más concluyente de su existencia hasta el momento, tanto por el tamaño (2.6 millones de años-luz) como por su separación de la materia “normal”, lo cual además va a hacer a los astrónomos mucho más fácil el estudio de su comportamiento.
El anillo parece haberse formado como consecuencia de una colisión entre dos cúmulos de galaxias situados a unos cinco mil millones de años-luz de nosotros. La materia oscura expelida en la colisión se ha ido alejando del punto inicial durante miles de millones de años, formando este anillo extendido. Además, hemos tenido la suerte de que el anillo nos está “mirando”, ya que de encontrarse de lado no podríamos ver su forma completa sino sólo el borde (como una moneda vista de canto).
Los científicos han realizado simulaciones de cómo debería comportarse la materia oscura en una colisión así, con lo poco que sabemos de ella, y parece que este “experimento” realizado por la naturaleza coincide bastante bien con los modelos teóricos, de modo que aunque sabemos muy poco, lo que sabemos parece sólido - sobre todo, parece que la materia oscura, lo que quiera que sea, está ahí fuera.
Para saber más: Artículo en Physorg.