Hoy, otra Falacia que oí muchísimas veces cuando era niño, y sigo oyendo de vez en cuando (a veces en los medios de comunicación). Como tantas otras, se resiste a morir, a pesar de no tener ningún sentido, como espero demostrar aquí: Utilizamos sólo un 10% de nuestro cerebro.
Resonancia magnética de un cerebro humano.
Hay varias razones por las cuales esto es absurdo, de modo que vayamos parte por parte. En primer lugar, ¿qué quiere decir “el 10% de nuestro cerebro”? ¿De la masa cerebral, o de nuestra capacidad potencial? En cualquiera de los dos casos (y se oyen por ahí ambas versiones del mito) la afirmación no tiene sentido.
Pensemos, en primer lugar, en la versión más “científica” de la teoría: que utilizamos el 10% de nuestra masa cerebral. Esto quiere decir que podríamos funcionar de manera idéntica a la que funcionamos ahora si se retira un 90% de nuestra masa encefálica. Claro, habría que saber qué partes retirar, puesto que no querríamos quitar parte del 10% que sí usamos, ¿verdad? Pero no hay un solo experimento - ni uno - en la historia de la neurocirugía en la que un paciente haya funcionado de manera similar a la normal con el 10% de su masa cerebral…pero vamos, ni de lejos. Con el 10% de tu masa cerebral, si sigues vivo, no eres ni la sombra del ser humano que eras.
Pero es posible tener un cerebro del 10% de la masa del tuyo que siga manteniendo sus funciones fundamentales…por ejemplo, el de una oveja. Pesa el 10% del tuyo y es capaz de realizar funciones básicas, pero decir que es igual al de un humano (o que podría serlo, si entrenamos a la oveja para que lo use y se saque un doctorado) es mucho decir - desde luego, tampoco hay ningún experimento que lo demuestre. Ya sé que no son comparables, pero si aparece una oveja con un doctorado en matemáticas, me como el sombrero.
La segunda versión de la Falacia afirma que lo que utilizamos es el 10% de nuestra capacidad potencial. Mucha gente asocia esto a lo paranormal: el potencial de la telepatía, la telecinesis y otras maravillas está en nosotros, pero como sólo usamos el 10% de nuestra capacidad cerebral, no somos conscientes de ello. Esto me recuerda que tenemos que dedicar alguna entrada a esos asuntos.
Lo que me frustra de Falacias como ésta no es que sean falsas: es que los que las sostienen no tienen ni la más pequeña prueba científica de que son ciertas, ni mantienen una postura racional: es más bien una emoción o una creencia, y no hay manera de argumentar que los convenza de lo contrario. Pienso que tiene que ver con un sentimiento de “Puedo mejorar mucho más, puedo crecer y usar una mayor parte de mi cerebro”, pero la verdad es que no lo sé. De lo que estoy seguro es de que es una creencia de seguridad, de las que ya hemos hablado en El Tamiz.
En cualquier caso, esta versión del “10% de la capacidad potencial”, además de no haber sido probada por nadie, es absurda.
En primer lugar, pensemos en la evolución, de la que ya hemos hablado en otra Falacia. El ser humano tiene un cerebro (y por lo tanto, una cabeza) tan enorme comparado con el cuerpo que tiene que salir del útero mucho antes de estar listo para sobrevivir sin mucha ayuda. Otros animales alargan la gestación, de modo que salen del seno materno “listos para la acción”…pero si el feto creciese más dentro de la madre, la enorme cabeza no podría salir. No vas a ver a un bebé humano nacer y, a los pocos minutos, salir corriendo como un ñu.
¿Por qué razón íbamos a evolucionar hasta ese estado si no fuera rentable evolutivamente? Piénsalo: una especie desarrolla un enorme cerebro que pone en peligro la vida del feto y la madre en el nacimiento, y fuerza al recién nacido a salir al mundo sin estar preparado para que su cabeza pueda salir de la madre….¿para utilizar un 10% de su capacidad? No tiene sentido.
Además, si nuestro cerebro dispusiera de capacidades tan gigantescas (un 10% de la capacidad significa que podríamos utilizar 10 veces más de la que utilizamos), ¿por qué razón no se han manifestado en los cientos de miles de años que nuestro cerebro ha sido tan grande? ¿Qué sentido evolutivo tendría que una especie tuviera enormes alas que no sabe usar y que hacen del parto algo mucho más peligroso, pinzas que no sabe cerrar pero que suponen un inconveniente enorme en otro aspecto… o enormes partes de su cerebro que dificultan el parto y la supervivencia y, al mismo tiempo, no se usan?
Pero es que, además, es facilísimo probar hoy en día qué porción de nuestro cerebro usamos. Una simple TEP (Tomografía por Emisión de Positrones), una prueba de medicina nuclear, pone de manifiesto lo que pasa en realidad: aunque algunas funciones simples sólo usan pequeñas partes del cerebro, otras (como, por ejemplo, tocar la guitarra) utilizan la gran mayoría de las neuronas. Y si sumas las que se utilizan para todas las acciones que realizas en tu vida diaria…pues sí, utilizas prácticamente todo el cerebro, como es lógico por todas las razones que hemos expuesto anteriormente.
¿Dónde empezó esta tontería del 10%? No es en un momento determinado, pero sí en una época determinada: alrededor de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando la psicología y la neurología eran jóvenes. Hubo algún científico (como Karl Lashley) que retiró parte del cerebro de ratas y no observó cambios en su comportamiento, y dedujo que esa parte del cerebro no se utilizaba. Otros, que creían en “potenciales desconocidos” de la mente humana, se subieron al tren de la Falacia y, al final, como siempre pasa con estos mitos, a pesar de no tener la mínima base científica y de ser absolutamente falsa, se extendió hasta estar por todas partes, desde anuncios hasta libros de parapsicología.
De modo, querido lector, que puedes ir a mirarte al espejo y contemplar la (comparativamente) enorme cabeza que hay sobre tus hombros, y estar orgulloso de usar prácticamente todo lo que hay dentro. Estudios científicos prueban que, mientras lees El Tamiz, estás utilizando el 117% de tu capacidad cerebral*.
- Si te has creído eso, es que, efectivamente, no utilizas más que el 10% de tu cerebro.