Casi por casualidad, el telescopio espacial Galex (Galaxy Evolution Explorer) de la NASA nos ha mostrado imágenes de una belleza impresionante de la estrella Mira (Omicron Ceti), que no puedo dejar de compartir. Pero antes de mostrar la imagen (y una animación excelente), ¿qué es lo que vas a ver?
Omicron Ceti, o Mira (“Maravillosa”), es una estrella no demasiado diferente de nuestro Sol (es un 20% más masiva) que se encuentra en la constelación de la Ballena (Cetus), a unos 400 años-luz de distancia de nosotros. Es una vieja conocida de los astrónomos (fue descubierta en el siglo XVI), y es de un interés especial porque, a pesar de parecerse al Sol, se encuentra “en el futuro” de nuestra estrella: es varios miles de millones de años más vieja, de modo que observarla es, en cierto sentido, observar el futuro de nuestro Sol.
Al ser tan vieja, Mira hace tiempo que ha consumido casi todo el hidrógeno de su núcleo, teniendo que realizar la fusión del helio para producir carbono y oxígeno. No sólo eso - ya ha consumido casi todo el helio del núcleo, dejándolo convertido en una pequeña bola de carbono y oxígeno rodeada por helio. Cuando ocurre esto, como veremos más adelante en La vida privada de las estrellas, una estrella se contrae mucho, calentándose tanto que el helio de fuera del núcleo empieza a sufrir también la fusión.
Esta fusión del helio de las capas exteriores de la estrella es suficiente para compensar la presión gravitatoria y la estrella se expande violentamente, convirtiéndose en una gigante roja. Sin embargo, no es un proceso estable: las gigantes rojas suelen sufrir tres o cuatro violentas contracciones y expansiones en las que cambian mucho de brillo y tamaño: cada expansión es tan violenta que desprende una cantidad apreciable de masa de la estrella al espacio.
Esto le ocurrirá al Sol dentro de unos siete mil millones de años, pero le ha ocurrido ya a Mira. La estrella ha sufrido varias expansiones y contracciones de este tipo. En cada expansión, la estrella ha ido desprendiéndose de grandes cantidades de materia (como una cebolla a la que se agita y suelta las capas exteriores), y no le queda mucho tiempo antes de que haya perdido todas las “capas de la cebolla” y el núcleo quede expuesto. Probablemente en unos pocos cientos de miles de años, Mira se habrá convertido, al perder estas capas exteriores, en una enana blanca.
Pero hay algo más que hace especial a esta estrella: se mueve muy deprisa respecto al gas y polvo interestelar que la rodean, a unos 130 km/s (468.000 km/h). ¿Qué tenemos entonces? Una estrella que sufre expansiones violentas en las que “escupe” grandes cantidades de materia a su alrededor, pero que al mismo tiempo se mueve muy deprisa respecto a lo que la rodea. La consecuencia, claro, es que la materia desprendida por la estrella no se aleja de ella simétricamente: lo mismo que si tienes una antorcha que suelta mucho humo y vas en coche muy deprisa, dejas un rastro detrás de ti. Sólo que en este caso es una estela de dimensiones casi inimaginables.
El telescopio Galex toma imágenes ultravioleta (para estudiar la formación estelar, aunque en este caso haya encontrado algo nuevo en Mira por casualidad), de modo que la imagen que vas a ver no es de color real (como hemos dicho, Mira es una gigante roja). Además, la imagen que vas a ver es un mosaico de varias fotos tomadas por el Galex, no una sola foto. Sin embargo, una vez que sabes lo que vas a ver (y cuando leas los órdenes de magnitud involucrados), creo que es impresionante:
Mira es la estrella a la derecha de la imagen (la otra estrella, más brillante, de la izquierda no tiene que ver con esto y es mucho más cercana a nosotros que Mira). La “cola de cometa” que ves detrás de la estrella tiene 13 años-luz de longitud (¡tres veces la distancia entre el Sol y Alfa Centauri!), y la estrella ha tardado 30.000 años en recorrer esa distancia.
Si te fijas en esta imagen ampliada de la estrella en sí, puedes atisbar la forma parabólica de la materia emitida por la estrella justo delante de ella, como las olas formadas por un bote que se mueve deprisa:
Aunque Galex haya encontrado la “cola” de Mira por casualidad, esta estela de material desprendido por la estrella tiene que ver, en cierto sentido, con el objetivo del telescopio espacial: al cabo del tiempo esta estela se convertirá en el germen de nuevas estrellas - en los espasmos de su muerte, Mira siembra la semilla de otra generación de estrellas.
Aquí tienes, además, una excelente animación de Mira y su estela creada por la NASA (video de Quicktime), que empieza con una imagen de cómo sería la estrella observada con luz visible, para luego mostrar el movimiento y acabar con la imagen mosaico del Galex: animación.
¿No merece Mira,_ la Maravillosa_, su nombre?
Para saber más: Página de la NASA sobre Mira.