Afortunadamente para Mandíbulas, el desafío que os planteamos la semana pasada no sólo ha sido resuelto con éxito, sino que algunas de las soluciones son excepcionales y sorprendentes. Como en el primer desafío, es muy difícil elegir ganadores y nuestra decisión habrá sido, seguro, injusta, pero hacemos lo que podemos.
En este caso no podemos dar una “solución correcta” para quienes quieran saber simplemente si acertaron o no, ya que existen muchas posibles soluciones, unas más elegantes que otras, y unas que cumplen la restricción más fuerte –que cada moneda no toque más de otras dos– y otras que no. De modo que, si quieres saber si has acertado o no, lee las diversas soluciones que publicamos y compáralas con la tuya. Si aun así tienes dudas, puedes enviarnos una explicación de tu solución e intentaremos decirte si vale o no.
De cualquier modo, en este segundo desafío el ganador ha sido Fernando, el segundo premio es para Argus y, como menciones de honor, Sergio y Jonathan (equipo de dos), César y Roberto.
Lo primero, las menciones de honor. Roberto es el representante del grupo de los pisanos; las soluciones de este tipo construyen una torre estable de monedas, y luego la derrumban de modo que la hormiga caiga en la mesa paradisíaca. Dejo que os lo explique Roberto:
Este problema es más difícil, ya que la restricción de una sola moneda por piso nos lleva a una estructura tipo “Torre de Pisa”. Lo complicado en este caso es calcular la inclinación máxima de la torre antes de que esta caiga, y ver si esa inclinación nos permite llegar hasta la otra mesa. Basándonos en el ejemplo de una sola moneda en el borde de la mesa podemos deducir que “una moneda situada al borde de la mesa, mitad fuera, mitad dentro, no caera si sobre la mitad de dentro tiene más o igual peso que sobre la mitad de fuera”. Por tanto, y puesto que solo podemos tener una moneda por piso, eso significa que la primera moneda, la de la base (en caso de que esté mitad fuera y mitad dentro), es la que realmente nos limita a la hora de inclinar la torre todo lo que quisieramos. Por ello, lo máximo que vamos a conseguir acercarnos al Edén es exactamente 1 cm, que es el radio de la moneda:
Porque por mucho que apilemos monedas en el momento en que el peso sobre la mitad de fuera de la moneda de la base supere el peso de dentro, la moneda cederá y caera la torre. Mmmm, ¡un momento!. Sin embargo eso no significa que no podamos llegar al otro extremo, aunque habrá que hacer un poco de Indiana Jones. La idea es conseguir una torre alta, suficientemente alta, como para que al caer estando nuestra amiga Mandibulas en la cima de la torre, consiga caer en la otra mesa, en vez de al vacio. Para ello necesitamos una torre de al menos 4 cm de alta. La más sencilla es una torre completamente vertical sobre el borde de la mesa:
Mandibulas solo tendría que escalar la torre por el lado interior con una moneda a cuestas, poner la moneda en la cima desplazada hacia la derecha:
Y esperar a que la torre caiga.
Eventualmente caerá en la mesa del Edén si la torre es lo suficientemente alta. Para ello se necesita una torre de al menos 4 cm, y como las monedas tienen 2 mm de grosor, necesitariamos al menos 20 monedas de las 31 disponibles. Todo esto presupone que Mandibulas puede escalar con una moneda a cuestas. Si no pudiera, entonces tendríamos que hacer una pequeña escalera hacia el cielo.
Para ello primero pondríamos una moneda en el borde de la mesa, pero completamente dentro. Despues debemos calcular cuanto debe estar desplazada cada moneda con respecto a la anterior hacia el borde de la mesa para que al cabo de 20 monedas (4 cm de altitud) el peso colocado directamente sobre el vacio sea igual al peso sobre la mesa. El hecho es que entre el centro de dos monedas cualesquiera de la torre no puede haber más de 1 cm (que es igual al radio) de distancia. Si eso ocurriera la torre caería. Esto se basa en que dada cualquier configuración de monedas estable, si la nueva moneda que se situe en la cima tiene más de 1 cm de distancia con alguna otra, haría vencer el peso de esa otra moneda en la dirección dada por el vector que une la moneda de abajo con la moneda de arriba (Varriba - Vabajo). Por ello la distancia máxima entre el centro del escalón de abajo (que estará asentado completamente sobre la mesa) y el centro del último escalón de la escalera será 1 cm.
Dicho esto, como necesitamos 20 monedas para elevar la torre a 4 cm, y como queremos que la suma de distancias entre centros sume 1 cm (de manera que todos los escalones sean equidistantes), ese delta será 1 cm / 20 monedas = 0,05 cm / moneda. Dado esa escalera de 4 cm de alto y 0,05 cm entre cada escalón, Mandíbulas podrá subir la moneda número 21 hasta la cima, empujarla 0,05 cm más hacia el borde, y esperar a que la torre caiga hacia el Edén (Si hay duda de que con 4 cm justos pueda llegar hasta la mesa puesto que a la hormiga se la considera puntual, podríamos poner 21 monedas y hacer el calculo con 1 cm / 21 monedas).
Ya tenemos a nuestra amiga contenta y pensando de nuevo en las alabanzas de la reina :)
El equipo formado por Jonathan y Sergio, así como César, son los representantes de las soluciones armónicas: construyen una torre estable en la que las monedas no están equiespaciadas, sino que según asciendes por la torre hay más espacio entre monedas. Éste es, por cierto, el tipo de solución al que llegué yo. Atentos a la explicación de cuán lejos podría llegar con este sistema, si Mandíbulas dispusiera de monedas ilimitadas. Dejo que os lo expliquen ellos pues lo hacen muy bien: Sergio_Jonathan.pdf, Cesar.doc.
También pertenece a este grupo el segundo premio, la explicación de Argus, parecida a las otras dos. Además de una elegante y completa explicación, Argus responde a la primera pregunta (sin restricción de cuántas monedas tocan a una determinada) con el mínimo número de monedas que he visto, 16 monedas para salvar el abismo: Argus.doc.
Finalmente, el ganador ha sido Fernando, principalmente por la cara que me ha dejado al verla. Su solución es una presentación pps, y supongo que cuando la veas, tras llegar a tu propia solución antes o leer las anteriores, te pasará lo mismo que a mí: empieza con “Ah, es la solución blanda sin restricción…“, para luego ser “Ah, no me esperaba eso, interesante, pero ¿qué intenta conseguir?” a terminar en “¡!!… (cara estúpida y boca abierta)”. Realmente brillante: Fernando.pps.
Gracias a todos por el buen rato que me habéis hecho pasar, y me alegro de que –por vuestros correos– hayáis disfrutado tanto cavilando sobre el problema. Recordad que lo importante, más allá de ser mentado aquí, era pensar un buen rato, desafiar a vuestras neuronas y ejercitar la materia gris de forma placentera… todo ello, claro está, ocultando esta ignominiosa afición de vuestros familiares y conocidos, si es que aún os respetan. ¡Hasta el próximo desafío!
Puedes encontrar este artículo y otros como él en el número de mayo de 2010 de nuestra revista electrónica, disponible a través de Lulu: